Vaejovis mexicanus, Centruroides sp
Es un escorpión perteneciente a la familia Vaejovidae, del orden Scorpiones. El color de su carapacho y cuerpo es café negro abigarrado a marrón rojizo, el vientre es color marrón, los pedipalpos son de color marrón rojizo. Su talla llega a alcanzar los 5 cm de longitud. La cola cuenta con quillas en los bordes, con textura granulosa. El aguijón es alargado, no presenta una curvatura muy marcada.
Arácnidos activos de noche, depredadores de otros insectos, acostumbran ocultarse bajo las piedras u otros objetos sobre la tierra.
Malos trepadores en superficies lisas, algunas especies son de importancia debido a su veneno.
Comportamiento:
Son depredadores activos. Suelen ocultarse en huecos y bajo adornos, piedras, macetas y otros objetos en el piso. Pueden trepar por superficies rugosas.
Daños:
Aunque todos poseen grándulas de veneno en su aguijón caudal, no todas las especies son peligrosas para el hombre. No obstante, como el caso del género Centruroides, algunos son extremadamente venenosos, no siempre reconocibles por su coloración o tamaño.
Vaejovis mexicanus, Centruroides sp
Es un escorpión perteneciente a la familia Vaejovidae, del orden Scorpiones. El color de su carapacho y cuerpo es café negro abigarrado a marrón rojizo, el vientre es color marrón, los pedipalpos son de color marrón rojizo. Su talla llega a alcanzar los 5 cm de longitud. La cola cuenta con quillas en los bordes, con textura granulosa. El aguijón es alargado, no presenta una curvatura muy marcada.
Arácnidos activos de noche, depredadores de otros insectos, acostumbran ocultarse bajo las piedras u otros objetos sobre la tierra.
Malos trepadores en superficies lisas, algunas especies son de importancia debido a su veneno.
Comportamiento:
Son depredadores activos. Suelen ocultarse en huecos y bajo adornos, piedras, macetas y otros objetos en el piso. Pueden trepar por superficies rugosas.
Daños:
Aunque todos poseen grándulas de veneno en su aguijón caudal, no todas las especies son peligrosas para el hombre. No obstante, como el caso del género Centruroides, algunos son extremadamente venenosos, no siempre reconocibles por su coloración o tamaño.